Una de las señales más evidentes de que un gato se acerca al final de su vida es una disminución significativa del apetito y la sed. Un gato enfermo puede dejar de comer o beber por completo. Esto puede ser desgarrador, pero suele ser un proceso natural mientras el cuerpo se prepara para disminuir su actividad. Para ayudarlo, ofrézcale agua fresca o comida apetitosa, pero no lo obligue.
Más sueño: mayor necesidad de descansoUn gato que se acerca al final de su vida puede dormir mucho más de lo habitual. Puede parecer exhausto, sin energía y cada vez menos activo. El sueño se convierte entonces en su refugio, una forma de protegerse del dolor o la debilidad. Asegúrate de proporcionarle un espacio cómodo, tranquilo y cálido donde se sienta seguro.
Cambios respiratorios: un signo que a menudo se ignora
Cuando el cuerpo de un gato se debilita, su respiración puede cambiar. Esto puede causar una respiración superficial, irregular o incluso ruidosa. Si nota que su gato respira con más dificultad o de forma inusual, podría indicar que sus órganos vitales están fallando.
Indiferencia hacia el medio ambiente: cuando desaparece el interés
¿Tu gato ya no responde a tu voz ni a tus caricias? Un repentino desinterés por su entorno, sus juguetes o incluso por ti, suele ser señal de que se está alejando gradualmente. Puede ser difícil de aceptar, pero a menudo es su manera de prepararse para irse.
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