3. Pérdida de apetito o náuseas.
La comida deja de ser apetecible o las náuseas aparecen de repente. María, de 51 años, dejó de comer, atribuyéndolo al estrés, hasta que se detectó la acumulación de toxinas propia de la enfermedad renal crónica (ERC), que afecta al 40 % de los pacientes. Comer pequeñas porciones le ayudaba, pero es una señal de alerta. ¿No tiene hambre? La próxima vez solo tendrá hambre superficial.
2. Piel pálida o amarillenta
. Tu piel se ve opaca, como pergamino descolorido, a pesar del descanso. Mike, de 53 años, tenía un aspecto demacrado; la baja producción de glóbulos rojos por problemas renales afecta al 50 % de los casos de ERC, según indican los estudios. El maquillaje no lo disimulaba; la atención médica sí. ¿Te ves pálido? Este primer síntoma es crucial.
1. Fatiga extrema con debilidad.
Te desplomas en la cama, con los músculos débiles, como si hubieras cargado ladrillos todo el día. Linda, de 58 años, lo sintió y lo atribuyó a las largas jornadas laborales; entonces le diagnosticaron enfermedad renal crónica (ERC), que agota la energía en el 70 % de los casos. El reposo por sí solo no bastó; la intervención temprana sí. ¿Apenas te mueves? Es hora de actuar.
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