¿Has recibido una invitación a un funeral y no sabes qué ponerte? La elección puede parecer trivial, pero en realidad transmite un mensaje implícito. Un color demasiado llamativo, un detalle demasiado festivo… y te arriesgas, sin darte cuenta, a desviar la atención del verdadero propósito de la ceremonia: rendir homenaje y apoyar a tus seres queridos. Entonces, ¿qué colores deberías evitar por completo?
Rojo brillante: un símbolo demasiado fuerte para la ocasión
En nuestra vida diaria, el rojo representa energía, pasión y, a veces, incluso suerte. En Asia, está muy presente en las bodas, símbolo de alegría y prosperidad. Pero en el contexto de un funeral, esta misma intensidad puede parecer inapropiada.
Imaginen una reunión vestida de negro o de colores oscuros, y de repente, un vestido rojo brillante o una corbata escarlata captan la atención de todos. Incluso sin mala intención, este contraste puede interpretarse como una forma de reafirmarse en un momento en que la discreción y la compasión deben prevalecer.
A menos que sea una petición explícita de la familia (ya que algunas culturas utilizan el rojo para simbolizar la vida o el renacimiento), es mejor abstenerse de hacerlo .
Colores neón y vibrantes: demasiada alegría para un momento de contemplación.
Amarillo brillante , verde fluorescente, rosa neón… Estos tonos brillantes hacen maravillas en una noche de verano o en una fiesta de cumpleaños, pero chocan con la sobriedad que se espera en un funeral.
Estos colores transmiten energía, vitalidad y celebración, justo lo contrario de la atmósfera de una ceremonia. Aunque no veas malas intenciones, tus seres queridos podrían sentir que no te tomas la ceremonia en serio.
Por lo tanto, es mejor elegir tonos sobrios y profundos: azul marino, gris oscuro, marrón chocolate o incluso ciertos pasteles discretos. La idea no es desaparecer por completo, sino demostrar que compartes la gravedad del momento.
Tejidos brillantes y metalizados: un efecto de noche poco adecuado
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