También es importante abordar cualquier problema de salud crónico y cuidar la salud de la espalda. Por último, contar con apoyo emocional y motivación marca una gran diferencia.
Ejercicios sencillos para hacer en casa:
Levantarse de una silla: Practica levantarte de una silla y volver a sentarte lentamente para fortalecer las piernas. Si te resulta difícil, usa una silla más alta o coloca un cojín en el asiento y practica hasta poder hacerlo sin usar las manos.
Zancadas: Este ejercicio trabaja cada pierna individualmente y pone a prueba tu equilibrio. Da un paso hacia adelante, baja suavemente la rodilla de atrás e impúlsate para volver a ponerte de pie. Sujétate a una superficie si lo necesitas.
Caminar: Caminar es sencillo pero muy beneficioso. Empieza en terreno llano, usando un bastón o andador si necesitas estabilidad. Ve aumentando la distancia poco a poco y, cuando te sientas con confianza, prueba con pequeñas colinas o senderos.
Recuerda siempre: cualquier movimiento es mejor que ninguno, y la constancia es la clave para mantener las piernas fuertes y conservar la independencia al envejecer. Si no sabes por dónde empezar, no dudes en pedir ayuda a un médico, un fisioterapeuta o un amigo que te apoye. ¡En el futuro te lo agradecerás!
