Nada arruina más un outfit que una prenda que no encaja con tu cuerpo. La ropa demasiado ajustada puede verse forzada, mientras que la muy holgada da un aire descuidado. La clave está en el equilibrio.
Consejo:
Probate la ropa sentada, de pie y caminando antes de comprarla. Invertí en un buen sastre o en prendas hechas a medida. La elegancia nace del confort y la armonía entre tu figura y tu ropa.
4. Perfumes demasiado intensos
El perfume es la huella invisible de una mujer, pero cuando se usa en exceso, pierde encanto. Las fragancias demasiado fuertes pueden resultar invasivas y causar rechazo.
Consejo:
Elegí perfumes suaves, con notas florales, cítricas o amaderadas ligeras. Dos o tres toques en puntos estratégicos (muñecas, cuello y detrás de las orejas) son suficientes. Recordá: el perfume debe dejar un recuerdo, no un rastro.
5. Maquillaje excesivo
El maquillaje tiene que realzar, no transformar. Capas de base, sombras muy marcadas o pestañas postizas exageradas hacen que el rostro pierda naturalidad. La mujer elegante se ve fresca, luminosa y equilibrada.
Consejo:
Optá por un maquillaje natural: base ligera, rubor suave, pestañas definidas y labios en tonos neutros o rojos clásicos. Un maquillaje bien aplicado puede convertir un look simple en uno sofisticado.
6. Exceso de accesorios o joyas mal combinadas
Usar demasiados accesorios al mismo tiempo puede hacer que incluso el mejor conjunto se vea sobrecargado. La elegancia está en saber cuándo detenerse.
Consejo:
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