3. Hinchazón facial persistente
Cuando el hígado tiene dificultades para regular el equilibrio de proteínas y líquidos, puede acumularse un exceso de líquido. La hinchazón de ojos y facial matutina puede ser una señal temprana de que el hígado no está funcionando correctamente.
4. Rostro enrojecido o “enrojecimiento del hígado”
Un rostro enrojecido, especialmente alrededor de la nariz y las mejillas, puede estar relacionado con un metabolismo hepático deficiente. Cuando las toxinas se acumulan en el torrente sanguíneo, puede producirse una dilatación de los vasos sanguíneos faciales, lo que le da a la piel un aspecto rojizo.
5. Angiomas aracniformesEstos pequeños vasos sanguíneos con forma de araña que aparecen en las mejillas o la nariz son comunes en pacientes con cirrosis o inflamación hepática crónica. Son consecuencia de niveles elevados de estrógeno causados por una desintoxicación hepática deficiente.
6. Piel seca y con picazón en la cara
La picazón crónica se asocia con la acumulación de ácidos biliares en el cuerpo. Si la piel se reseca, pica o se descama, especialmente sin una causa alérgica, puede indicar colestasis u otros problemas hepáticos.
7. Brotes frecuentes parecidos al acné
La disfunción hepática puede alterar la regulación hormonal, lo que provoca un aumento de la producción de grasa y brotes recurrentes. Cuando el acné aparece repentinamente en adultos que antes tenían la piel limpia, el hígado puede estar bajo estrés.
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