¡Este es el método clásico que siempre funciona! Mezcla una cucharada de vinagre blanco con cinco partes de agua caliente. Añade un poco de jabón lavavajillas. Sumerge un cepillo de dientes viejo y frota suavemente la junta, prestando especial atención a las arrugas.
¿Esquinas difíciles de alcanzar? Envuelve una tarjeta de fidelización (o bancaria) vieja con un trozo de papel absorbente y pásalo por las ranuras. El resultado: una junta limpia, sin esfuerzo y sin productos químicos agresivos.
ConsePara obtener resultados más efectivos, ¡el bicarbonato de sodio es la solución! Simplemente mézclalo con un poco de vinagre blanco o jugo de limón para formar una pasta ligeramente espumosa. Aplícalo con un cepillo de dientes y déjalo actuar unos minutos antes de frotar.
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