Quizás ya hayas notado esos dos pequeños hoyuelos simétricos justo encima de los glúteos, ya sea en ti misma o en otra persona. Discretos pero intrigantes, llaman la atención, despiertan curiosidad… y tienen un nombre casi mítico: hoyuelos de Venus. ¿Pero qué revelan realmente? ¿Están relacionados con la salud, la genética o simplemente con una buena condición física? Alerta de spoiler: la respuesta podría sorprenderte…
Los hoyuelos de Venus: un pequeño detalle… esculpido por la naturaleza.
Podrías pensar que esos pequeños dolores de hambre son el resultado de horas dedicadas al deporte, pero piénsalo de nuevo: su secreto es mucho más profundo (y más natural) de lo que parece. Los hoyuelos de Venus se forman debido a una unión específica entre la piel y el hueso pélvico, más precisamente en un punto anatómico llamado espina ilíaca posterosuperior (sí, has leído bien). En resumen, la genética determina si los tendrás o no. Si uno de tus padres los tiene, tienes muchas probabilidades de tenerlos tú también.
Son más notorias en personas delgadas o con un físico tonificado, ya que la piel está menos cubierta por la grasa. Pero seamos claros: no se pueden crear estos hoyuelos si no están presentes, por muchas sentadillas o planchas que hagas.
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