Cinco años después del inicio de la campaña de vacunación contra la COVID-19, persiste una realidad: algunos efectos secundarios persisten. Aunque la mayoría de las personas vacunadas no reportan problemas a largo plazo, una parte de la población continúa experimentando síntomas persistentes. Fatiga, dolor, trastornos neurológicos… Los reportes están aumentando. Y las autoridades sanitarias están intensificando la vigilancia.
Algunos pacientes informan que los síntomas persisten durante meses o incluso años después de su última dosis. Investigaciones médicas recientes confirman esta tendencia: la lista de efectos secundarios está aumentando y están surgiendo nuevos casos.
Síntomas persistentes y a veces ignorados de la COVID-19.
Fatiga crónica, menstruaciones irregulares, dolor articular… Estos efectos secundarios, notificados tras la vacunación, no se limitan a los primeros días posteriores. En algunas personas, estos síntomas persisten, lo que afecta su calidad de vida a largo plazo.
⏩continúa en la página siguiente⏩
