En lugar de hacer cardio durante horas y forzar al cuerpo a producir la hormona del estrés que bloquea el mecanismo de quema de grasa, puedes elegir un tipo de deporte que prefieras y practicarlo durante una hora al día. Un mínimo de 30 minutos de ejercicio diario acelera el metabolismo y aumenta el gasto calórico.
En lugar de usar pastillas para quemar grasa que destruyen este mecanismo y aumentan el almacenamiento de grasa con el tiempo cuando dejas de tomarlas (porque no las tomarás toda la vida), puedes mantener un estilo de vida activo y evitar permanecer sentado durante largos periodos.
¡Comer más para quemar más! Nuestro metabolismo se acelera cada vez que comemos. Por eso es preferible hacer 4 a 5 comidas ligeras al día en lugar de las habituales 2 o 3 comidas más copiosas. De hecho, fraccionar el aporte energético diario hace que los nutrientes sean más fácilmente utilizables por el cuerpo, lo que evita el fenómeno de saturación.En lugar de saltarte comidas porque piensas que todo lo que comes se almacena directamente como grasa: ¿crees que saltarte una comida es un paso adelante en tu dieta? ¡Es exactamente lo contrario! Envías a tu cuerpo una señal de privación contra la cual activará un plan de almacenamiento reforzado. Para evitarlo, puedes comer comidas regulares y equilibradas sin perder el placer.
En lugar de reducir demasiado tu aporte calórico (muy pocas calorías al día), lo que te causará deficiencias en vitaminas, puedes comer según las necesidades de tu cuerpo para asegurar la ingesta de todos los nutrientes que ayudan a mantener un proceso normal de combustión. Y deberás priorizar principalmente las proteínas, pero también los carbohidratos complejos y las grasas insaturadas.
