Flujo vaginal anormal: más abundante, con mal olor o de color inusual.
Dolor persistente en la parte baja del abdomen o la espalda, no relacionado con la menstruación.
Molestias o sangrado durante las relaciones sexuales.
Problemas urinarios: sensación de vaciado incompleto de la vejiga o sangre en la orina.
Si aparecen estos síntomas, es necesaria una consulta ginecológica inmediata.Más vale prevenir que curar.
La vigilancia y las medidas preventivas marcan la diferencia. Estos son los pasos a seguir:
Vacuna contra el VPH: se recomienda a partir de la adolescencia, para ambos sexos.
Prueba de Papanicolaou: debe realizarse cada 3 años a partir de los 25 años.
Detección del VPH: se recomienda entre los 30 y los 65 años, y repetirse cada cinco años.
Protección durante las relaciones sexuales: reduce el riesgo de infección. Un estilo de vida saludable —una dieta equilibrada, ejercicio físico y dejar de fumar— fortalece nuestras defensas naturales.
⏩continúa en la página siguiente⏩
