Empieza eligiendo hojas de laurel de buena calidad, frescas o secas, con una fragancia agradable.
Después, dedica un momento a limpiar y despejar el espacio debajo de la cama, ya que un ambiente organizado también contribuye a una sensación de ligereza.
Después, coloca dos o tres hojas debajo del colchón, bajo el marco de la cama o en una bolsita de tela cerca de la almohada. No hace falta añadir más: la sutileza es clave.
Acomódate, respira con calma y deja que este gesto se convierta en un ritual de bienestar nocturno.
Un gesto sencillo para una hora de dormir más consciente.
Más allá de las hojas de laurel, este ritual te invita principalmente a relajarte y a reenfocarte. Te recuerda que el sueño está preparado y merece una atención especial. Crear un ambiente reconfortante, establecer hábitos suaves y cuidar tu espacio son pequeños pasos hacia noches más tranquilas.
A veces, todo lo que se necesita son unas cuantas hojas de papel y un momento de calma para transformar la hora de dormir en una
