A menudo subestimados, el bicarbonato de sodio, el limón y el vinagre tienen un poder supereficaz para desinfectar suavemente los espacios. No están diseñados para “desinfectar”, pero refrescan, eliminan la grasa y hacen que la limpieza sea mucho más agradable. Un trío ganador para quienes buscan combinar eficacia, ahorro y rutinas diarias sencillas.Consejo 1: Mezcla de bicarbonato de sodio y sal para residuos difíciles
¿Abre el horno y descubres salpicaduras de una raclette? No te preocupes. Una mezcla de bicarbonato y sal actúa como un tratamiento exfoliante para el horno. Simplemente mezcla un poco de agua caliente con estos dos ingredientes hasta obtener una pasta espesa. Extiéndela con una esponja suave, déjala actuar durante una hora y luego enjuaga: la grasa se desprenderá casi por completo.
¿El secreto? Una textura ligeramente granulada, perfecta para eliminar residuos sin dañar las superficies. Un método facilísimo… y extraordinariamente eficaz.
Consejo 2: Limón, el aliado de la frescura que perfuma naturalmente
Cuando tu horno empieza a oler mal, el limón se convierte en tu mejor aliado. Su aroma fresco y su suave acidez ayudan a disolver la suciedad, dejando una agradable sensación de limpieza.
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