Siguiendo las instrucciones del fabricante, normalmente puedes quitarlo en tan solo unos pasos: abre la puerta, desbloquea las bisagras, retira el cristal con cuidado, limpia, seca y vuelve a colocar todo en su sitio. Es como armar un rompecabezas muy sencillo, pero con una satisfacción incomparable.
¿Con qué frecuencia deberías limpiar tu horno?
Después de una cazuela grande o un plato especialmente sabroso, una limpieza rápida evita que los derrames y salpicaduras se fijen. Para el uso diario, una limpieza mensual (o dos veces al mes si cocinas con frecuencia) es más que suficiente para mantener tu horno limpio, agradable y fácil de usar.
