Disminución de la concentración y la capacidad de atención: Muchos de los consumidores mencionados tienen dificultades para concentrarse en tareas complejas. Desaceleración del procesamiento cognitivo: Su tiempo de reacción y su capacidad para resolver problemas podrían disminuir con un hábito prolongado. Qué hacer: Si comienza a notar cambios en sus facultades mentales, quizás pueda evaluar sus hábitos de consumo y consultar con un terapeuta. Impacto en la salud mental: Los investigadores han comenzado a correlacionar el consumo prolongado de marihuana con la ansiedad, la depresión y los trastornos del estado de ánimo, así como con otras afecciones de salud mental. Aunque algunas personas consumen marihuana para relajarse, los expertos afirman que el consumo crónico puede influir en:
Mayor ansiedad: Las cepas con alto contenido de THC pueden intensificar aún más la sensación de ansiedad o paranoia. Cambios de humor: El consumo prolongado afecta la estabilidad emocional y la salud mental general. Síntomas de dependencia y abstinencia: Cuando el consumidor habitual intenta reducir la dosis o suspenderla, puede volverse irritable, dormir poco y experimentar alteraciones del estado de ánimo. Qué hacer: Manténgase alerta ante problemas de salud mental y busque apoyo de profesionales de la salud con respecto al consumo de marihuana. Consideraciones para la salud respiratoria.
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