El famoso pastel que hacía mi madre en los años 80 y 90: sencillo, húmedo e inolvidable.

180 g de azúcar

200 g de harina 00

80 ml de aceite de semillas (o 100 g de mantequilla ablandada, para una versión más clásica)

100 ml de leche

1 sobre de levadura en polvo

Ralladura de un limón (o un sobre de extracto de vainilla)

Azúcar glas para decoración

✅ Ingredientes sencillos, pero perfectamente equilibrados para obtener un bizcocho alto, fragante e increíblemente húmedo.

👩‍🍳 Preparación
:
Batir los huevos con el azúcar.
Con una batidora eléctrica, mezclar los huevos con el azúcar hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa. Este es el secreto para una textura suave.

Añade los líquidos.
Vierte el aceite (o la mantequilla derretida) y la leche a temperatura ambiente. Sigue removiendo hasta que esté bien mezclado.

Añade
la harina y la levadura tamizadas, luego la ralladura de limón (o el extracto de vainilla). Mezcla suavemente de abajo a arriba para evitar que la masa se desinfle.

Vierta la masa en un molde redondo de 22-24 cm sobre el
molde enmantecado y enharínelo. Vierta la masa y nivele la superficie.

Hornee
a 180 °C (350 °F) durante aproximadamente 35 a 40 minutos. Pruebe con un palillo: si el pastel sale limpio, está listo.

Decora de forma sencilla.
Una vez frío, espolvorea con azúcar glas. No hace falta un glaseado elaborado: revivir recuerdos de la infancia es muy fácil.

Un sabor que no se ha olvidado.
Este pastel tiene el sabor de las delicias caseras, esos bocadillos atemporales en los que todos coincidían: adultos, niños, abuelos y nietos. Estaba (y sigue estando) perfecto tal como estaba, pero también puedes…