Agrega la mantequilla y aplasta todo con un pisa puré o un tenedor hasta lograr la textura deseada.
Si prefieres un puré más suave, puedes añadir un poco más de leche tibia.
Ajusta el sabor con pimienta negra y nuez moscada si lo deseas.
Sírvelo caliente y acompáñalo con lo que más te guste.
Este puré no solo es una receta, es una muestra del cariño de la cocina casera que deja huella en cada bocado
