Sentirse útil no significa necesariamente ayudar a los demás a toda costa. También se trata de nutrirse con objetivos sencillos pero motivadores. Regar las plantas, escribir unas líneas en un diario, cocinar tu comida favorita, hacer ejercicio cada mañana: estos pequeños gestos estructuran tus días y les dan sentido . Ya no vives para cumplir requisitos ni expectativas, sino para disfrutar de lo que te hace sentir bien .
Consejos para cultivar estas fortalezas a diario
Valora tus momentos de soledad : son preciosos y pueden convertirse en verdaderas citas contigo mismo.
Despeja tu espacio : ordena, dona, respira. Tu hogar debería ser tu santuario.
Exprésate libremente : tu vida te pertenece, y tus decisiones también.
Crea tu ritual diario : algo sencillo, pero que te dé ganas de levantarte.
A medida que envejecemos, no son los demás quienes nos sostienen, sino los cimientos que hemos construido dentro de nosotros mismos: la paz interior, un entorno de vida armonioso, la libertad de ser nosotros mismos y la alegría de sentirnos vivos.
