– Añade hojas frescas de orégano a ensaladas, sopas o infusiones para reforzar el sistema inmunitario a diario.
– Utiliza orégano seco como especia en la cocina para conservar sus propiedades curativas
. – Prepara una infusión de orégano dejando en infusión hojas frescas o secas en agua caliente para aliviar resfriados, tos y mejorar la digestión.
– Diluye aceite de orégano con aceite de oliva o de coco para aplicarlo tópicamente y aliviar dolores articulares o irritaciones de la piel.
Recuerda consultar a un médico antes de usar orégano, especialmente si estás tomando anticoagulantes o medicamentos para la diabetes.
