Las razones por las que babeas mientras duermes y lo que podría significar

La salivación excesiva también puede estar relacionada con afecciones más complejas: apnea del sueño, reflujo gastroesofágico o tabique desviado. Estas afecciones favorecen la respiración bucal y, por lo tanto, la salivación. Los síntomas que la acompañan pueden ser señales de alerta: ronquidos, fatiga persistente y asfixia nocturna. En este caso, consulte a un especialista en medicina del sueño. Tratamientos como la CPAP pueden marcar una gran diferencia.Dientes: síntomas de embarazo o deficiencia: factores inesperados

Las enfermedades dentales (caries, gingivitis), el embarazo (ptialismo gestacional) o la deficiencia de vitamina B12 también pueden causar salivación excesiva. Si el problema persiste, un simple examen médico puede ayudar a determinar la causa.

Soluciones suaves… y otras más específicas

Aquí hay algunos consejos para las noches más secas:

Dormir boca arriba: Requiere un poco de práctica, pero los resultados suelen ser rápidos.
Hidratación regular, comidas ligeras por la noche y quizás una rodaja de limón antes de acostarse (cuidado con el esmalte).
Protector bucal o férula mandibular: en casos de bruxismo o apnea del sueño leve.
Botox o cirugía: procedimientos poco frecuentes, pero a veces se ofrecen en casos muy específicos.

¿Cuándo debes buscar asesoramiento?

Cuando la salivación excesiva se convierte en una molestia diaria —por ejemplo, debido a una almohada mojada, llagas en la boca, acidez estomacal, dificultades para hablar o problemas de sueño—, es fundamental consultar a un médico. Un profesional puede realizar un diagnóstico preciso y sugerir una solución adaptada a su situación.

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