Es un gesto que tal vez ya hayas hecho sin pensar, o que hayas visto hacer a alguien más: ofrecer la mano para ayudar al camarero a recoger la mesa. Un reflejo discreto, casi cotidiano, pero que intriga a los psicólogos. Este pequeño detalle del día a día puede revelar mucho sobre nuestra personalidad… ¿Pero qué nos dice realmente de nosotros mismos?
Una clara señal de empatía
Cuando ayudas a un camarero a retirar los platos, no se trata solo de ir más rápido o de causar una buena impresión. Es un gesto profundamente humano. Demuestra que eres consciente de la otra persona, de su carga mental y del ritmo que tiene que mantener en un comedor lleno. En resumen, te conectas con lo que la otra persona está experimentando, aunque no diga nada. Y esta capacidad de percibir lo invisible —el cansancio, la presión, el ritmo frenético del servicio— es uno de los pilares de la inteligencia emocional.Una cuestión de personalidad… y de educación
Según la investigación psicológica, este tipo de comportamiento suele estar vinculado a un tipo de personalidad concreto: la que denominamos «amable».
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