Usar :
Diluya unas gotas de aceite de jengibre en aceite de coco para aplicación tópica.
Para uso interno, mezcle una gota en una taza de agua caliente o té.
En la cocina, añádalo a un aderezo para ensaladas, combinándolo con miel y limón para un toque picante.
3. Aceite de ajo: para fluidificar la sangre de forma natural.
El aceite de ajo es rico en alicina, un compuesto que actúa como anticoagulante natural al reducir la tendencia de las plaquetas a agruparse. Al estimular la fibrinólisis, ayuda a disolver los coágulos existentes, manteniendo así un flujo sanguíneo adecuado. Además, gracias a sus antioxidantes, protege las células contra el estrés oxidativo, un factor clave en las enfermedades cardiovasculares.
Usar :
Diluya el aceite de ajo en aceite de coco para aplicación tópica a una concentración del 2-3%.
Para uso interno, añada una gota al aderezo para ensaladas o con miel.
En platos, incorpore una gota para aprovechar sus propiedades cardiovasculares y aportar un sabor sutil.
4. Aceite de lavanda: un aliado para aliviar la inflamación
El aceite de lavanda, conocido principalmente por su fragancia relajante, posee propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a prevenir la formación de coágulos sanguíneos.
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