Calentar la nata (sin que hierva) en una cacerola pequeña o en el microondas.
Viértalo en un chorro fino, revolviendo constantemente hasta lograr la consistencia deseada: ni demasiado líquida ni demasiado espesa.
Sazonar. Añadir sal.
Para el toque final: vierta el puré en una fuente y espolvoree con cebollino picado. Esta hierba le aporta color y frescura.
Consejos: Elegir las papas adecuadas es crucial para un puré de papas exitoso. Opte por variedades harinosas, más ricas en almidón y con menos líquido, para obtener un puré suave y cremoso.
La temperatura es crucial: la mantequilla y la nata deben estar tibias, o al menos a temperatura ambiente. Los ingredientes fríos enfriarán la mezcla y alterarán su consistencia.
Controla la consistencia: añade la nata poco a poco. Es más fácil conseguir la textura suave deseada que corregirla después.
¿Una forma elegante de aprovechar el puré de papas sobrante? Añádele queso, forma hamburguesas y rebózalas en pan rallado: al día siguiente, se convertirán en una guarnición crujiente.
Combinaciones irresistibles
Bistec empanizado – Corteza crujiente y puré de papas cremoso: la combinación perfecta.
Albóndigas en salsa de tomate – La salsa de tomate sabrosa y cremosa combina maravillosamente con el pescado.
Pescado a la plancha – Un contraste de texturas que realza los sabores.
Pan fresco y artesanal: ¿Quién dijo que el puré de patatas no podía ser la estrella de una merienda?
