¿Alguna vez has ignorado un ataque de cansancio vespertino, atribuyéndolo a la edad o a una mala noche de sueño? ¿
Has notado que tus comidas favoritas saben un poco diferente o que tu energía baja antes que antes?
Para muchos estadounidenses mayores de 45 años, estos momentos parecen comunes, incluso inofensivos.
Pero ¿y si no son tan inocentes como parecen?
¿Y si tu cuerpo te ha estado susurrando advertencias mucho antes de pedir ayuda?
Hoy exploraremos las señales sutiles de la prediabetes, por qué a menudo se pasan por alto y qué medidas de apoyo pueden ayudarte a reaccionar más pronto que tarde.
El problema silencioso que la mayoría de la gente pasa por alto. La
prediabetes suele desarrollarse sin síntomas graves.
Los niveles de azúcar en sangre aumentan de forma lenta, silenciosa y lo suficientemente cómoda como para ignorarla.
Precisamente por eso millones de adultos viven con ella durante años sin darse cuenta.
Puede que te sientas “en general bien”, pero algo en el fondo está cambiando.
Y aquí está lo inquietante: las investigaciones sugieren que muchas personas solo actúan después de que comienza un daño irreversible, lo que plantea una pregunta importante sobre el momento oportuno.
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