Limite las siestas diurnas. Las siestas prolongadas durante el día pueden interrumpir el sueño nocturno. Si toma siestas, que no superen una hora y no se hagan demasiado tarde.
Haz ejercicio. La actividad física regular puede favorecer un mejor sueño. Sin embargo, al igual que con las comidas, evita cualquier actividad demasiado cerca de la hora de acostarte.
Lidia con tus preocupaciones. Puede ser muy difícil, pero intenta resolverlas antes de irte a dormir. O al menos, intenta dejarlas fuera del dormitorio.
