Pastel de Frutas Casero: la receta de siempre con el sabor que abraza

Notas útiles y variaciones
Este pastel es muy flexible, así que puedes adaptarlo según tus gustos o necesidades:

Versión vegana: usa huevos de linaza (1 cda de linaza molida + 3 cdas de agua por huevo), mantequilla vegana y asegúrate de que la vainilla no tenga ingredientes de origen animal.
Sin gluten: sustituye la harina de trigo por mezcla de harinas sin gluten o harina de avena certificada.
Más especiado: agrégale una pizca de nuez moscada, clavo de olor o jengibre para un toque más navideño.
Más frutal: añade trocitos de manzana, pera o piña en almíbar escurrida.
Preguntas frecuentes (FAQs)
¿Puedo usar solo un tipo de fruta seca?
¡Claro que sí! Las pasas, por ejemplo, quedan deliciosas por sí solas. Pero la combinación de varias frutas da un sabor más complejo y especial.

¿Qué hago si el pastel queda seco?
Probablemente estuvo demasiado tiempo en el horno. La próxima vez, verifica con el palillo a los 45 minutos. También puedes añadir un poco más de jugo de naranja a la mezcla.

¿Se puede hacer en moldes individuales?
Sí, puedes usar moldes para cupcakes o mini pasteles. Solo reduce el tiempo de cocción a unos 25–30 minutos.

¿Es apto para niños?
Totalmente. Es un pastel casero, sin conservantes ni alcohol. Además, las frutas secas le dan energía y sabor natural.

Información nutricional (aproximada por porción)
Calorías: 320 kcal
Grasas: 15 g
Carbohidratos: 40 g
Proteína: 4 g
Rico en fibras naturales, ideal como colación energética o postre ocasional.
Conclusión y llamada a la acción
Preparar este Pastel de Frutas Casero no es solo hornear un dulce. Es regalar momentos, compartir historias y revivir sabores que nos conectan con lo que más queremos. Es un pastel hecho con el corazón, para disfrutar en familia o regalar a alguien especial.

¿Te animas a probarlo este fin de semana? Cuéntame cómo te quedó, qué frutas usaste o si hiciste alguna variante. ¡Y si te gustó la receta, compártela con tus amigos o guárdala para más tarde!
Porque nada dice “te quiero” como un pastel horneado en casa.