Pequeños ajustes en tu vida diaria pueden realmente marcar la diferencia.
Adopte un ritmo de sueño regular
Intente acostarse y levantarse a horas regulares, incluso los fines de semana. Esto regula naturalmente la producción de ADH.
Crea un ritual relajante
Un baño caliente, música suave o unas respiraciones lentas… Regálate un momento de tranquilidad antes de ir a dormir.
Apuesta por la moderación
Reducir el consumo de agua 1 a 2 horas antes de acostarse,
Coma una cena ligera , al menos dos horas antes de acostarse,
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