Es un gesto tan común que muchos ni siquiera lo piensan: una mujer se sienta y, casi de forma natural, cruza las piernas. Pero ¿te has preguntado alguna vez por qué sucede esto? Cruzar las piernas no solo es una cuestión de comodidad; también está relacionado con la postura, la cultura, la psicología e incluso el lenguaje corporal. Analicémoslo.

Comodidad y equilibrio
Para muchas mujeres, cruzar las piernas simplemente resulta cómodo . Las mujeres tienen por naturaleza una pelvis más ancha y piernas más cortas en proporción a su altura que los hombres, lo que hace que cruzar las piernas sea una posición cómoda y equilibrada al sentarse.
Además, ayuda a aliviar la presión en las caderas y la zona lumbar, convirtiéndola en una postura de descanso natural.

Hábitos sociales y culturales

Desde pequeñas, a las niñas se les suele enseñar que sentarse con las piernas cruzadas es “propio de una dama” o “correcto”. Este condicionamiento social se convierte en un hábito para toda la vida.

⏩continúa en la página siguiente⏩