Expresiones faciales y risa: Cuando usted ríe o sonríe, la presión en el pecho y los músculos faciales aumenta, expandiendo temporalmente las venas.
Ejercicio: El esfuerzo físico aumenta la presión arterial y hace que las venas se hagan más visibles.
Embarazo: Los cambios hormonales, en particular el aumento de estrógeno y progesterona, pueden hacer que las venas parezcan más grandes.
Exposición al sol: La exposición prolongada a los rayos UV puede dañar la piel y provocar la formación de arañas vasculares o que se vuelvan más prominentes.
Envejecimiento: A medida que envejecemos, nuestra piel se vuelve más fina y pierde elasticidad, haciendo que las venas debajo sean más visibles.
Las personas de piel clara o fina son especialmente propensas a tener venas visibles, que a veces pueden verse azuladas. En la mayoría de los casos, se trata de un problema inofensivo y puramente estético.
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