Profesional:
Recibir terapia psicológica (como la terapia cognitivo-conductiva)
Consulta con un psicólogo si tienes antecedentes o síntomas persistentes.
Posibles causas (combinadas):
Factores genéticos o hereditarios
Cambios hormonales y químicos en el cerebro
Efectos crónicos, traumas o pérdidas
Encierros físicos (como el hipotiroidismo)
Uso de ciertos medicamentos
