¿Y si fuera un mensaje de amor más allá de las palabras?
Aunque estos sueños no prueban nada sobrenatural, sí dan testimonio de algo esencial: nuestro profundo apego. Ver a un ser querido fallecido en un sueño puede ser un mecanismo de sanación, una forma para que nuestro inconsciente reescriba el vínculo y cierre una conversación que ha quedado sin resolver.
Y tal vez, quién sabe, estos sueños sean también el reflejo de una presencia discreta, pero siempre ahí, en algún lugar, vigilándonos como un aliento invisible.
Los sueños a veces son más que un simple escenario nocturno. Son un vínculo preciado entre nuestros corazones y nuestros seres queridos.
