Cada mañana, frota un cubo sobre la piel limpia durante unos treinta segundos. ¿El resultado? Los poros se cierran, la tez se ilumina y la piel recupera su tono. Su frescor estimula la microcirculación, mientras que el clavo, conocido por sus propiedades purificantes, ayuda a equilibrar la producción de sebo. Un paso rápido, ideal antes del maquillaje o justo después de la ducha.
Por la noche: gel reafirmante para una piel más suave.Tras un día ajetreado, tu piel necesita un momento de relajación. Es el momento perfecto para aplicar un tratamiento reparador suave pero eficaz. El gel de clavo casero actúa como un sérum natural, calmante y reafirmante.
Preparación: Mezcla 3 cucharadas de gel de linaza (o simplemente gel de aloe vera) con 2 gotas de aceite esencial de clavo, 1 cucharadita de aceite de rosa mosqueta y una cápsula de vitamina E. Una vez homogénea, guárdala en el refrigerador.Por la noche, masajea una pequeña cantidad de gel en rostro y cuello hasta su completa absorción. El clavo ayuda a suavizar la textura de la piel, mientras que los aceites vegetales nutren y promueven la regeneración nocturna. Su textura fundente proporciona una sensación de confort inmediato, sin dejar residuos grasos.
Consejo de belleza: luego aplica una fina capa de crema hidratante para sellar los ingredientes activos y despertar con la piel tan suave como después de un tratamiento de spa.
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