1 trozo de jengibre fresco (de unos 2 cm), rallado o en rodajas finas,
500 ml de agua.
Opcional: 1 cucharadita de miel o un chorrito de limón.
Preparación :
Calienta el agua hasta que hierva.
Añade los clavos de olor y el jengibre. Deja cocer a fuego lento durante 5-7 minutos.
Retira del fuego, añade la bolsita de té y deja reposar durante 2-3 minutos.
Cuela, sirve y ¡disfruta!
Consejo: Guarda el té sobrante en una botella fría para tomarlo helado más tarde.
¿Por qué no convertirlo en un hábito?
Tomar esta infusión con regularidad puede ser un verdadero aliado: cutis radiante, mente más clara, digestión fluida y mucha energía. Fácil de preparar, natural y económica, se adapta a todas tus necesidades: por la mañana para empezar bien el día, después del almuerzo para facilitar la digestión o por la noche para disfrutar de un momento de relax sin remordimientos.
