¡Tomar esto podría estar afectando tus riñones, consulta a tu médico!

Alternativa: Los antagonistas H2, como la famotidina o la ranitidina, generalmente son más seguros para aquellos que no tienen daño renal preexistente.

2. Ibuprofeno y otros antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
Este popular analgésico puede disminuir el flujo sanguíneo a los riñones y causar daño renal agudo, especialmente en adultos mayores o personas con enfermedad renal preexistente. El riesgo aumenta con el uso prolongado o en dosis altas.

Recomendación: no exceder de 10 días consecutivos de consumo sin supervisión médica.

3. Analgésicos como aspirina, naproxeno y diclofenaco.
El consumo excesivo de AINE aumenta la retención de líquidos, aumenta la presión arterial y puede provocar enfermedad renal crónica. Los síntomas incluyen hinchazón, fatiga, náuseas y disminución de la micción.

4. Antibióticos aminoglucósidosMedicamentos como la gentamicina o la amikacina, aunque eficaces contra infecciones graves, pueden causar nefrotoxicidad, afectando a las nefronas que purifican la sangre y producen orina. Su uso requiere estricta supervisión médica.

5. Litio para el trastorno bipolar
El tratamiento prolongado con litio puede causar insuficiencia renal y diabetes insípida nefrogénica. Por lo tanto, los usuarios deben someterse a controles regulares con nefrólogos y psiquiatras.

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