Las heces pueden tener un aspecto pálido, aceitoso o ser difíciles de eliminar. Estos son indicios pequeños pero significativos.
9. Diabetes nueva o agravada.
El cáncer de páncreas puede interferir con la producción de insulina. Algunas personas desarrollan diabetes aparentemente de la nada, o su nivel de azúcar en sangre se vuelve repentinamente difícil de controlar.
Si nunca ha tenido diabetes y de repente la padece, o si su control de glucosa cambia inesperadamente, puede valer la pena realizar un análisis más exhaustivo.
8. Fatiga persistente. ¿Te
sientes agotado todo el día? Cuando el cuerpo lucha contra el cáncer, destina energía a esa batalla. La fatiga puede aparecer meses antes del diagnóstico.
No es el cansancio de “me quedé despierto hasta tarde”, sino un agotamiento profundo y pesado que el descanso no soluciona.
7. Náuseas o vómitos después de las comidas.
El cáncer de páncreas puede obstruir partes del tracto digestivo, lo que provoca que los alimentos se acumulen. Esto puede causar náuseas o vómitos, especialmente después de comidas grasas.
Al principio, parece una indigestión leve. Pero si se vuelve frecuente o prolongada, no recurras solo a antiácidos; consulta a un médico.
6. Cambios en el color o la forma de las heces.
El aspecto de las heces puede revelar mucho sobre la salud. Los problemas pancreáticos suelen causar heces de color claro o arcilloso debido a la interrupción del flujo biliar.
Algunos lo describen como “flotante” o grasoso. Si bien esto puede deberse a problemas leves, los cambios persistentes merecen atención.5. Depresión o ansiedad inexplicables.
Curiosamente, los cambios de humor a veces pueden preceder a los síntomas físicos. Los científicos creen que las sustancias químicas inflamatorias liberadas por los tumores pueden afectar la química cerebral.
Susan, de 62 años, dijo que se sintió mal durante meses: con poca energía, tristeza y falta de apetito. Posteriormente, su depresión se relacionó con una disfunción pancreática.
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