Con el tiempo, la generosidad sin límites puede llevar al agotamiento y a que conocidos los aprecien, pero no los consideren realmente.2. Evitan el conflicto
Muchas personas agradables temen molestar a los demás, así que se callan en lugar de hablar. Pero las amistades duraderas exigen honestidad, no armonía eterna. Al reprimir sus sentimientos, niegan a los demás la oportunidad de ver su auténtico yo. El resultado: relaciones que se mantienen educadas pero superficiales.
3. Atraen a quienes reciben.
La amabilidad puede atraer a quienes la explotan. Quienes reciben se apoyan rápidamente en quienes dan, sabiendo que no se resistirán. Esto conduce a relaciones unilaterales donde la persona amable invierte energía pero recibe poco a cambio, dejándola emocionalmente agotada y sola.
4. Minimizan sus propias necesidades.
Las personas compasivas están dispuestas a preguntar “¿Cómo estás?”, pero se resisten a admitir “Necesito ayuda”. La verdadera amistad exige vulnerabilidad mutua. Sin abrirse, bloquean las oportunidades para que otros se preocupen por ellas, manteniendo las relaciones estancadas en la superficie.
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