¿Y si tu dolor crónico fuera un reflejo de sentimientos reprimidos? La fibromialgia, a menudo llamada la “enfermedad del silencio emocional”, revela cómo los sentimientos no expresados pueden transformarse en sufrimiento físico. Descubre cómo romper este círculo vicioso entre las emociones reprimidas y los síntomas persistentes.
El papel clave de las emociones en la fibromialgia.
Durante siglos, las filosofías antiguas nos han recordado que los seres humanos somos seres complejos donde los aspectos físicos, mentales y emocionales se entrelazan. Cuando esta sinergia natural se rompe, pueden surgir diversos trastornos. La fibromialgia ilustra perfectamente esta ruptura de la armonía.
Los pacientes con fibromialgia suelen experimentar dolor muscular generalizado, cansancio persistente y dificultad para dormir. Sin embargo, se habla menos de cómo su estado emocional influye en estas manifestaciones físicas. Irritabilidad, ansiedad, resentimiento reprimido… Estos sentimientos angustiantes, cuando se reprimen con demasiada frecuencia, pueden, paradójicamente, intensificar la sensación de dolor.
¿Cómo generan sufrimiento físico las emociones no expresadas?Imagina una botella de refresco que se agita constantemente. Tarde o temprano, la presión se vuelve excesiva y el envase explota o se deforma. De forma similar, cuando reprimimos las emociones difíciles sin expresarlas, generamos un estrés prolongado que, con el tiempo, debilita nuestras defensas naturales.
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