Pastel de yogur griego súper húmedo: receta casera con solo 5 ingredientes
El pastel de yogur griego es un clásico moderno de la repostería fácil, perfecto para quienes desean un postre casero sin complicaciones. Su textura húmeda, su delicado sabor y su rápida preparación lo convierten en una opción ideal para la merienda, el desayuno o reuniones familiares. A diferencia de otros pasteles, esta receta requiere pocos ingredientes y un mínimo esfuerzo, pero el resultado es un pastel suave, esponjoso y delicioso.
En este artículo, descubrirás cómo preparar este irresistible pastel paso a paso, con consejos prácticos para lograr una textura perfecta y una cocción uniforme. También te mostraré cómo personalizarlo para complacer a diferentes paladares.
Ingredientes esenciales para un pastel perfecto
. La clave de esta receta es la sencillez. No necesitas ingredientes exóticos ni caros, solo productos básicos que probablemente ya tengas en casa. Para 8 porciones de este delicioso pastel, necesitarás:
Yogur griego (125 g): Utilice un yogur natural cremoso y sin azúcar. Este ingrediente aporta humedad, suavidad y un sabor equilibrado. Huevos (2): a temperatura ambiente para que se integren mejor con el resto de la masa.
Harina (150 g): La harina T45 es ideal ya que proporciona una textura ligera y esponjosa.
Azúcar (100 g): la cantidad justa para un sabor dulce y agradable, sin resultar empalagoso.
Levadura en polvo (1 paquete): esencial para que la masa suba de manera uniforme y el pastel quede esponjoso.
Estos cinco ingredientes básicos forman la base de un pastel clásico que se puede adaptar fácilmente a diferentes sabores y añadidos.
Preparación del molde y el horno: La clave del éxito.
Antes de empezar a mezclar, es fundamental preparar correctamente el horno y el molde. Estos pasos iniciales influyen directamente en la textura final del pastel.
Precaliente el horno a 180 °C (350 °F). Este paso garantiza una cocción uniforme desde el principio.
Unta el molde con mantequilla para evitar que el pastel se pegue.
Espolvorea un poco de harina sobre la mantequilla para formar una capa fina y antiadherente.
Si lo prefieres, también puedes forrar el molde con papel de horno, lo que facilita aún más el desmolde y mantiene el pastel intacto.
Un molde bien preparado evita problemas al final del horneado y permite que el pastel conserve su forma perfecta.
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