Despertarse con rigidez, oír crujidos en las rodillas o sentir que las piernas ya no son fuertes no debe tomarse como algo que se debe simplemente al envejecimiento. Si bien muchas personas asumen que estos cambios son inevitables, a menudo indican que el cuerpo no está recibiendo, o utilizando adecuadamente, los nutrientes necesarios para el mantenimiento de músculos, tendones y articulaciones.

La debilidad articular se desarrolla gradualmente. Suele comenzar como una molestia leve y, si se ignora, puede derivar en dolor persistente, inflamación e incluso miedo al movimiento. Con el tiempo, esto puede limitar la independencia y reducir la calidad de vida en general. Lo alentador es que el cuerpo aún conserva una gran capacidad de autoreparación cuando recibe el apoyo adecuado.

La nutrición juega un papel fundamental en este proceso. Ciertas frutas, consumidas con regularidad y de forma adecuada, pueden ayudar a estimular la producción de colágeno, calmar la inflamación y favorecer la fuerza y la movilidad de las rodillas y las piernas a cualquier edad. A continuación, se presentan seis frutas clave, clasificadas de moderado a muy potente en cuanto a su impacto.

Número 6: Kiwi.
El kiwi suele pasarse por alto, pero es extremadamente rico en vitamina C, esencial para la producción y el mantenimiento del colágeno. Sin suficiente vitamina C, el cartílago y los tejidos articulares tienen dificultades para repararse.

A medida que el colágeno se debilita, pueden aparecer síntomas como rigidez matutina, hinchazón tras caminatas cortas y una sensación de roce en las articulaciones. Añadir kiwi a la dieta puede ayudar a mantener la flexibilidad articular y frenar este deterioro.

Cómo comerlo:Lávelo bien y, si es posible, cómalo con la cáscara, donde se encuentran muchos antioxidantes.

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