7 razones por las que las personas genuinamente agradables a menudo terminan sin amigos cercanos, según la psicología

Ser genuinamente amable es uno de los rasgos más admirables que una persona puede poseer. Las personas bondadosas suelen ser empáticas, generosas y priorizan rápidamente a los demás sobre sí mismas. Sin embargo, paradójicamente, a muchas les cuesta cultivar las amistades estrechas y gratificantes que anhelan.

Es una ironía dolorosa: las mismas cualidades que hacen a alguien compasivo también pueden crear obstáculos ocultos para forjar vínculos profundos. La psicología explica por qué ocurre esto, y reconocer estos patrones es el primer paso hacia el cambio.

Aquí hay siete razones por las que las personas verdaderamente agradables a menudo terminan sin amigos cercanos:

1. Tienen dificultad para establecer límites.
Las personas amables, por naturaleza, desean ayudar. Ofrecen apoyo, aceptan las peticiones y rara vez imponen sus propias necesidades. Pero sin límites, las relaciones se desestabilizan.

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