La justicia impotente ante el calvario de un propietario de 73 años
La historia de Marie-Claude comienza con un contrato de alquiler aparentemente inofensivo. Esta septuagenaria alquilaba una habitación en su casa de cuatro habitaciones a un inquilino en quien confiaba. Pero el inquilino dejó de pagar el alquiler rápidamente. « Pagó medio mes de alquiler dos meses después, y desde septiembre no ha pagado nada », declaró a BFMTV . Peor aún, el hombre había sellado las cerraduras con silicona , impidiendo que la dueña entrara. Al parecer, incluso había dejado la llave puesta, haciendo imposible cualquier acceso.
Ante este obstáculo, Marie-Claude recurrió, como era de esperar, a las autoridades. Pero, una vez más, el sistema judicial parecía impotente. Cuando intentó presentar una denuncia por ocupación ilegal, descubrió que su inquilino ya la había denunciado por allanamiento de morada . Una situación absurda que, según ella, pone de manifiesto las inconsistencias de un sistema donde los derechos del propietario parecen quedar relegados a un segundo plano.
La ocupación ilegal, una lacra para los propietarios de inmuebles
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La dueña de la casa ya no puede entrar en su propia vivienda y el sistema judicial permanece en silencio.
Una huelga de hambre para denunciar la lentitud del sistema judicial
Ante la falta de una solución concreta, Marie-Claude optó por usar su cuerpo como arma de protesta. El viernes 24 de octubre, inició una huelga de hambre en el centro de Nantes. « Este sufrimiento era tan intenso que una huelga de hambre no podía ser peor », explica con voz temblorosa. Dice que quiere concienciar a las autoridades sobre la lentitud del proceso judicial. « Me dan un abogado, pero hay que esperar un mes para un mediador… Pasan los meses y el problema persiste », lamenta.
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