En el fondo de la mente de muchos, existe la arraigada creencia de que la vejez está inevitablemente asociada con el olvido, la confusión mental y esa temida “demencia senil”. Como si inevitablemente viniera acompañada de canas y dolor de rodillas.
Pero en realidad, es uno de los mitos más persistentes sobre el envejecimiento. Una especie de fatalismo que, por una razón u otra, seguimos creyendo.
En realidad, el envejecimiento cerebral no es una avalancha repentina, sino un proceso lento y manejable. Y si bien la demencia, en particular la enfermedad de Alzheimer, afecta a millones de personas mayores, no es en absoluto una sentencia de muerte.
“Envejecer no es perder la juventud, sino comenzar una nueva etapa con nuevas oportunidades”, dijo Bethe Schaefer.
Y esto se aplica plenamente cuando hablamos de salud cerebral.
⏩continúa en la página siguiente⏩
