Sedentarismo: Pasar los días sentado con las piernas cruzadas o sin moverse favorece la rigidez muscular. ¡Al final, tus músculos se resentirán!
Actividad física mal preparada: Hacer ejercicio sin calentar ni estirar provoca fatiga muscular que puede manifestarse por la noche.
Posturas inadecuadas al dormir: Dormir con los pies hacia abajo (como una bailarina de ballet) acorta los músculos de la pantorrilla y puede causar calambres a las 3 de la madrugada.
Cambios relacionados con la edad: Después de los 50 años, los músculos pierden tono gradualmente, lo que favorece la aparición de calambres.
Embarazo: Las mujeres embarazadas experimentan una mayor presión en las piernas, lo que puede agravar estos espasmos musculares.
Ciertos medicamentos: Los diuréticos o los betabloqueantes pueden alterar el equilibrio mineral del cuerpo, lo que a veces provoca calambres.
5 maneras naturales de decir adiós a los cólicos nocturnos.
Buenas noticias: es totalmente posible prevenir estos dolores nocturnos sin medicamentos, simplemente adoptando buenos hábitos.Beba agua con regularidad durante todo el día. Para facilitar la absorción de minerales, añada unas gotas de limón o una pizca de sal sin refinar a su botella de agua.
Una dieta rica en minerales:
plátanos, aguacates, yogur natural, almendras, brócoli… Abastécete de alimentos ricos en magnesio, calcio y potasio, aliados de tus músculos.
Estiramientos suaves antes de dormir:
Cinco minutos de estiramientos suaves, centrados en las piernas, pueden marcar la diferencia. Además, te ayudarán a conciliar el sueño.Unas gotas de aceite esencial de lavanda o menta aplicadas en las pantorrillas estimulan la circulación y relajan los músculos.
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