Retire la piel (si lo desea)
Esta suele ser la parte que concentra más grasa e impurezas. Eliminarla también aligera el plato.
Lavar en un recipiente con agua fría.
Evite enjuagar directamente bajo el grifo, ya que esto podría salpicar microgotas en la cocina. En su lugar, use un recipiente grande, llénelo con agua fría y sumerja el pollo.
Enjuágalo dos o tres veces para eliminar los líquidos conservantes.
Remojar con limón o vinagre
Vierta el jugo de dos limones (o medio vaso de vinagre blanco) en agua fría. Deje el pollo en remojo de 20 a 30 minutos.
Este baño ácido natural ayuda a neutralizar los olores, eliminar las impurezas de la superficie y reafirmar la pulpa.
Enjuague una última vez
Un último enjuague con agua limpia (aún en el recipiente) es suficiente para eliminar cualquier sabor a limón o vinagre.
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