Pero seamos claros: no se pueden “crear” estos hoyuelos si no están ya presentes, por muchas sentadillas o planchas que se hagan.
Apolo no se queda atrás: los hombres también tienen sus hoyuelos.
Y no, estas pequeñas hendiduras no son solo para mujeres. Los hombres a veces las llaman “agujeros de Apolo”. ¡Una referencia halagadora al dios de la belleza y la destreza física… nada menos!
Al igual que en las mujeres, estos hoyuelos masculinos se perciben como un signo de armonía física y vitalidad. En algunos círculos deportivos o en redes sociales, incluso simbolizan un estilo de vida saludable. Pero, de nuevo, no hay necesidad de perseguirlos a toda costa: no son un estándar ni un prerrequisito para sentirse bien consigo mismo.
¿Se pueden hacer aparecer con la práctica?
Esta es una pregunta frecuente, y la respuesta es simple: no. Estos hoyuelos no dependen de los músculos, sino de la estructura ósea. Si no están ahí, nada los hará aparecer.
Sin embargo, al adoptar un estilo de vida equilibrado (alimentación saludable, actividad física regular y un sueño reparador), pueden hacerse más visibles en quienes ya están predispuestos a sufrirlas.
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