La segunda acción recomendada mientras se espera ayuda es toser profunda y vigorosamente.
¡Sí, leyó bien! Respire hondo y luego tosa con fuerza, como si intentara despejar las vías respiratorias. Esta técnica ayuda a mantener la circulación y a oxigenar el corazón y el cerebro hasta que llegue la ayuda. Por supuesto, no reemplaza la intervención profesional, pero puede ofrecer un valioso respiro.
Y en el día a día: ¿cómo puede cuidar su corazón?A menudo olvidamos que la prevención implica pequeños hábitos diarios fáciles de adoptar. Aquí tienes tus mejores aliados para un corazón sano.
Presta atención a tu alimentación.
Es fundamental llevar una dieta equilibrada, rica en verduras, frutas frescas, fibra y cereales integrales. ¿El objetivo? Limitar las grasas saturadas, que elevan el colesterol malo (LDL), y favorecer las grasas buenas (omega-3, aceite de oliva, pescado azul, etc.).
Como ventaja adicional: también es bueno para la moral.
Muévete con regularidad.
No hace falta que te conviertas en maratoniano: 30 minutos de caminata a paso ligero, natación, baile o incluso jardinería son suficientes para activar tu corazón de forma beneficiosa.
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