Los beneficios ocultos del caldo de huesos: 17 razones para incluirlo en tu dieta

Desde tiempos prehistóricos, el caldo de huesos ha sido un alimento básico para la supervivencia y la salud. Cuando escaseaba la comida, los cazadores utilizaban restos de animales —cabezas, colas, garras, pezuñas— para preparar una bebida nutritiva. A lo largo de los siglos, este caldo se ha convertido en un elemento central de la gastronomía de muchas culturas, desde el caldo francés claro hasta el tonkotsu japonés, el garudhiya maldivo y los cremosos caldos coreanos. Hoy en día, el caldo de huesos está experimentando un resurgimiento gracias a sus numerosos beneficios para la salud.

¿Qué es el caldo de huesos?
Tradicionalmente, el caldo de huesos se elabora cociendo a fuego lento huesos grandes y carnosos, a veces con trozos de carne y cartílago. Este proceso libera minerales, aminoácidos y proteínas estructurales como el colágeno. Se consume solo o se utiliza como base para cocinar, y se valora por sus cualidades nutricionales y su versatilidad.

Colágeno natural de la abuela:
Nuestras abuelas ya sabían, aunque no lo dijeran explícitamente, que el caldo de huesos era una valiosa fuente de colágeno. Este nutriente, que se libera al cocinar huesos y cartílagos, es esencial para nuestra salud y ayuda a combatir diversas enfermedades.

17 razones para incluir caldo de huesos en tu dieta:
Fortalece tus huesos.
El caldo de huesos, rico en colágeno estructural, calcio y fósforo, ayuda a prevenir la degradación de huesos y cartílagos. El colágeno que contiene aporta fuerza y ​​flexibilidad a los huesos, compensando la disminución natural de esta proteína debida a la edad o a trastornos metabólicos.

Mantiene las articulaciones sanas.

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