Cuando se te antoja algo salado, con queso y crujiente, nada mejor que un plato de papas fritas con costra de queso. Es el tipo de refrigerio que alegra cualquier día: crujientes por fuera, esponjosas por dentro y cubiertas de un queso dorado y derretido que se estira con cada bocado.
Esta receta toma todo lo que nos encanta de las papas fritas y las transforma en un plato extraordinario. Sin freidora, sin pasos complicados: comida reconfortante en toda su simplicidad. Ya sea para una noche de juegos, un maratón de películas el fin de semana o simplemente para un momento en el que el queso y los carbohidratos son suficientes, estas papas fritas siempre son perfectas.
Por qué te encantarán estas papas fritas:
Crujientes pero no grasosas: Hornearlas en lugar de freírlas las hace ligeras y perfectamente crujientes.
La magia del queso derretido: La capa de mozzarella cremosa les da esa textura elástica y sabrosa que a todos les encanta.
Infinitas variaciones: Agrega hierbas, especias o incluso un toque de chile picante para personalizarlas.
Unas favoritas de todos: Desde niños hasta adultos, estas papas fritas desaparecen más rápido de lo que las preparas.
Ingredientes necesarios:
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