150 g de harina: harina de trigo común o harina para todo uso, tamizada para un resultado más ligero
100 g de azúcar: blanca o morena, al gusto.
3 huevos: a temperatura ambiente para una masa bien aireada.
1 sobre de levadura en polvo (11 g): garantiza que el pastel quede ligero.
1 sobre de azúcar de vainilla: realza sutilmente los aromas.
80 g de mantequilla derretida: para una textura incomparable que se deshace en la boca
1 cucharada de ron (opcional, pero recomendable): le da carácter al pastel
10 cl de leche: preferiblemente entera, pero cualquier tipo sirve.
Una pizca de sal: esencial para equilibrar los sabores.
1 cucharadita de canela (opcional): perfecta para un toque reconfortante
Para un toque caramelizado
2 cucharadas de azúcar moreno
10 g de mantequilla derretida
¿Por qué probar esta receta?
Este pastel es infalible. No requiere batidora, báscula de precisión ni técnicas complicadas. Se adapta a cualquier ingrediente que tengas a mano y se prepara en menos de 20 minutos. Además, es un placer para el olfato: el aroma a mantequilla derretida, manzanas y vainilla que inunda la cocina es una delicia. Se conserva muy bien e incluso se puede congelar en porciones. Ya sea solo, con crema o con una bola de helado, seguro que triunfa.
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Preparación paso a paso
Preparar las manzanas
Comienza precalentando el horno a 180 °C (350 °F). Pela las manzanas, quítales el corazón y córtalas en trozos pequeños o rodajas finas, según prefieras. Rocíalas ligeramente con zumo de limón para evitar que se oxiden mientras se hornean.
Preparar la masa
En un bol grande, batir los huevos con el azúcar y el azúcar de vainilla hasta obtener una mezcla ligera y esponjosa. Incorporar la mantequilla derretida, la leche y el ron (si se usa). Mezclar bien. Añadir la harina tamizada, la levadura en polvo, una pizca de sal y la canela. Trabajar la masa hasta que esté suave y homogénea. Agregar los trozos de manzana y mezclar suavemente para distribuirlos uniformemente.
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