Necesidad de compañía e interacción:
A algunos gatos simplemente les encanta estar cerca. Tu presencia, tu olor, tu respiración constante… todo esto crea un ambiente relajante que los ayuda a relajarse. Y, seamos sinceros: quedarse dormidos con el ronroneo es particularmente relajante.
Tu actitud tranquila los relaja.
Los gatos son muy buenos para percibir tu estado de ánimo. Si estás tranquilo, ellos también lo estarán. Tu cama se transforma entonces en un pequeño remanso de paz donde pueden liberar toda su tensión.
Un puesto de observación estratégico
Gracias a la altura de la cama, tu gato puede vigilar la habitación, la puerta, sus movimientos… en resumen, relajarse y mantener el control. Un auténtico balcón VIP.
El olfato, su GPS emocional.
A los gatos les encanta mezclar su olor con el de las personas que les importan. Al dormir en tu cama, crean una “firma olfativa” compartida que les resulta muy tranquilizadora.
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